

Del banano a la palma africana
10 al 16 de Junio de 2015
¿Pasó el departamento del Magdalena de ser bananero a ser palmero? Es el interrogante que se hacen cientos de magdalenenses, que han sido testigos de la extensión de los cultivos de palma africana y la reducción de los cultivos de banano en el centro del Departamento. En la actualidad estas corrientes de producción agrícola han variado, y mientras que en el último año la manufactura de banano redujo sus cultivos, la palma africana alcanza una cobertura de más de 47 mil hectáreas. OPINIÓN CARIBE consultó a palmicultores y bananeros, expertos en el tema, quienes hacen una radiografía histórica y actual de los factores que determinan esta transformación en el Departamento.
“Ver hoy en el centro del Magdalena la invasión de palma africana y reducción de banano nos impulsa a hacer un flashback en el tiempo e introducirnos a mediados de la década de los ochenta, cuando ponderaba la crisis del banano y el Magdalena estaba inmerso en el conflicto armado entre guerrilla y paramilitares”, dijo un campesino consultado que durante toda su vida se ha desempeñado en las dos facetas, bananero y palmicultor.
Según la Federación de Cultivadores de Palma (Fedepalma), el área de producción se ha expandido en doce municipios del Departamento, el foco de producción han sido los municipios de Aracataca, Fundación, El Retén, y la Zona Bananera, donde hasta la fecha se tiene registro de más de 47 mil hectáreas palmeras.
Los pobladores coinciden en que este cambio obedece a una necesidad que invadió al sector campesino, “en el instante en que grandes compañías productoras de banano comenzaron a irse y que se abandonaron grandes áreas de este cultivo, la gente comenzó a mirar qué hacía, y es ahí cuando la palma llegó como una posibilidad de cambio, una alternativa frente a una crisis que se empezaba a dar en el sector bananero” apuntó un ex bananero hoy dedicado a la palma.
Principalmente en la Zona Bananera, Aracataca, Fundación y Ciénaga, las familias tradicionales productoras de banano empezaron a sembrar palma, algunas de las ventajas que supone el cultivo de palma de aceite frente al banano incluyen la producción permanente de fruta durante 15 años consecutivos, menor susceptibilidad a los cambios climáticos como vendavales y plagas como la sigatoca, que tanto afectan el banano, la reducción en el uso de pesticidas y productos químicos, la posibilidad de aprovechar los canales de riego del banano, la reducción en la cantidad de agua requerida para el riego, y la existencia de un mercado seguro en crecimiento.
En pocas palabras como se refiere Carlos Noche Fontalvo palmero en Aracataca “es el mejor cultivo del mundo, porque si lo riegas te da más y si no lo haces te da menos, pero no deja de producirte”.
Noche, quien posee siete hectáreas de tierra en las afueras del municipio, en compañía de su familia cambió la labor de siembra de banano por la de palma, asegura que lo hizo por razones de rentabilidad, “una tonelada de corozo de palma, se vende en más de trescientos mil pesos y una hectárea te produce cada mes dos toneladas”.
Como la familia Noche Fontalvo, cientos de cataqueros pasaron de ser bananeros a ser palmeros, considerando que producir banano no era rentable para esos pequeños productores que, en promedio por propiedad, no superan las diez hectáreas.
Si bien Colombia se destaca a nivel internacional por su amplio porcentaje de exportación de banano, esa producción se localiza en los departamentos de Antioquia, Magdalena y La Guajira, zonas productoras, entre las cuales se distribuyen cerca de 49.600 hectáreas cultivadas de conformidad con los registros del Instituto Agropecuario Colombiano (ICA).
Del área descrita, 14 mil corresponden al área cosechada de los departamentos del Magdalena y La Guajira, y 35 mil al departamento de Antioquia.
La producción de banano en el Urabá es de tipo empresarial con predios medianos y grandes, mientras que en el Magdalena se caracteriza por albergar el mayor número de pequeños productores del país.
Para la familia Guerra Araujo, la decisión de vincular como actividad agrícola los cultivos de palma y desplazar los de banano, radicó en un problema sanitario, “nosotros como pequeños productores del sector bananero no teníamos el respaldo para suplir todas las necesidades y enfermedades que sufre el banano, y lo que implica mantener un cultivo, por esa razón vimos en la siembra de palma africana más rentabilidad y no dudamos en convertir nuestras tierras en productoras de palma”, apuntó Jesualdo Guerra, palmicultor.
La producción de banano implica una mayor inversión por hectárea cultivada, requiere de mayor mano de obra, más suministro de agua para el riego y constantes revisiones de sanidad para evitar virus en las plantaciones.
La palma, pese a que empieza a producir frutos tres años después de sembrarse, requiere de un número menor de mano de obra y menor suministro de agua, y cada palma promete como mínimo treinta años de cosecha, sin embargo, es amenazada por la pudrición de cogollo (P.C), virus que atenta directamente al corozo de donde se extrae el aceite que es comercializado.
En la Zona Bananera los pequeños productores de palma africana se basan en vender la materia prima del fruto obtenido a las extractoras instaladas en esta región del Departamento, (Aceites Palmares de Andalucía, C.I Tequendama), las más reconocida por los palmicultores a raíz de su bagaje en el mercado.
Reconocen los pequeños productores que el acompañamiento de las compañías extractoras han permitido que la producción de palma no decaiga y que por el contrario se incremente la productividad, “hay que destacar que además de proveer la materia prima a las extractoras, estas han llevado a cabo con nosotros programas de capacitación con el fin de promover una cultura ambiental, no solo es usar la tierra y llenarse los bolsillos, se trata de mantener la actividad con responsabilidad social y, en ese sentido, por medio de socializaciones de sostenibilidad, mantener la producción bajo las normas de protección ambiental y sanitaria”, sintetizó Jesualdo Guerra.
¿POR QUÉ ES RENTABLE LA PALMA AFRICANA?
Francois Houtart, sacerdote y sociólogo de origen belga, en una investigación halló y dio a conocer un sin número de factores que podrían determinar por qué la palma africana se triplica en el sur de América Latina, África y Asia.
En el estudio, se expone que, siendo la seguridad energética una de las principales preocupaciones de los polos económicos del planeta, al proyectarse hacia el año 2030, el consumo general mundial de energía aumentará un 60 por ciento, alcanzando un tope de 26 mil millones de vatios, de los cuales la energía nuclear sólo cubrirá, según las previsiones el 4 %,por lo cual se hará necesario encontrar una nueva fuente de energía menos tóxica que la nuclear, diferente a las de uso actual, carbón, petróleo y gas, ya que estas progresivamente disminuyen y son fuentes principales de la degradación del clima.
Se prevé que el mundo esté saliendo de la era del petróleo y que el carbón, todavía abundante, no será una solución inmediata ni adecuada, por el costo que representa de su utilización con menos producción de CO², es así que se abre el camino a la utilización de la biomasa, es decir, la energía producida a partir de la madera, de los deshechos vegetales o también de la caña de azúcar, el maíz, el trigo, la colza, y la remolacha.
Esta fuente de energía representa por el momento 14 % de la producción energética mundial (30 % en los países en desarrollo).Un estudio publicado por la fundación Zeri en Ginebra, afirma que la palma africana produce 200 millones de toneladas de biomasa por año, de la cual se utiliza sólo el 10 %. Se estima que cada hectárea produce 25 toneladas de desechos vegetales que pueden ser utilizados para producir energía a partir de la biomasa.
¿CÓMO LLEGÓ LA PALMA AL MAGDALENA?
Coinciden quienes se dedican a la palmicultura en los municipios de Aracataca, Fundación y El Retén, que a mediados de los años setenta llegó José Martínez Cataño, un ciudadano de origen español que radicado en esta zona del país, logró llamar la atención de muchos a raíz de su incursión por la siembra de palma de aceite, semilla desconocida por los campesinos de la época quienes basaban su cultivo solo en el banano.
El “loco” Martínez como lo hacían llamar en la zona, por su idea descabellada, inició la actividad que a la fecha ha adoptado a cientos de familias en el Magdalena centro, “para nosotros era desconocido la siembra de la palma africana, el banano empezaba a exprimir el bolsillo del campesino, cada día era más la inversión producto de enfermedades en los cultivos y los cambios ambientales que afectaron la producción”, dijo Carlos Noche palmicultor.
Por otro lado, un estudio presentado por la facultad de ciencias sociales de la Universidad de los Andes, arrojó que en el caso de Zona Bananera en el Magdalena, el cultivo de palma de aceite sí ha incidido en el desplazamiento forzado de personas en la región. La caída de los precios internacionales del banano y la transición entre la explotación de éste a la explotación de palma de aceite, generaron procesos de desplazamiento.
La investigación concluyó que la falta de presencia estatal fomentó el desplazamiento en la región, la ausencia institucional permitió que existieran alianzas voluntarias y forzadas de “seguridad” entre los productores de banano, palma y actores armados ilegales, que se insertaron económicamente en la zona a través de la cobranza de extorsiones y desplazaron forzadamente a la población.
Asimismo, la presencia de la institucionalidad en la región ha fomentado el cultivo descontrolado de palma de aceite en la zona, generando incentivos para que grandes productores y actores armados ilegales provoquen el desplazamiento forzado de personas, con el fin de adquirir tierras para el cultivo de palma de aceite.
Se estima que en Colombia haya 500 mil hectáreas de palma de aceite, Fedepalma presenta desde el punto de vista regional, que la zona oriental del país participa con el 37%, del área total sembrada (200 mil Has) seguida por la zonas norte con el 30% (150 mil Has) la central con el 29% (136 mil Has), mientras que en la zona suroccidental se concentra el 4% (21 mil Has) del total nacional.
EXPORTACIÓN
Las exportaciones de aceite de palma alcanzaron en el último año 208 mil toneladas mostrando según Fedepalma un incremento del 7,4% respecto a las 188 mil presentadas en el 2013. Por producto, las exportaciones de aceite de palma refinado y sus fracciones (oleína y estearina) aumentaron 35% interanual al igual que las de aceite de palma en jabones, cuyo crecimiento fue del 30%, asimismo, las de aceite de palma en margarinas e hidrogenados tuvieron variación positiva de 4,5%, mientras que el aceite crudo tuvo una reducción del 0,1%.
Los principales destinos de exportación fueron Holanda (41%), Brasil (21%) y México (9%), la Unión Europea se mantiene como el principal mercado de exportación del aceite de palma colombiano, sus preferencias se ratificaron con la entrada en vigencia del TLC Colombia – UE.
El valor de la producción de la agroindustria de la palma de aceite, que corresponde a la suma del valor del aceite de palma crudo y de la almendra de palma, fue de 1,75 billones de pesos, al descomponer el resultado, se evidencia que la producción del aceite de palma fue de 1,64 billones de pesos mientras que la producción de la almendra de palma fue de 115 mil millones de pesos.
Para el congresista Jaime Serrano, la actividad palmera se ha impuesto en esta zona del país al considerarla más rentable que la producción del banano.
Argumentó Serrano, como parlamentario, que ha venido promoviendo ante el Gobierno Nacional la necesidad de hacer correctivos sobre el tema del suministro de agua de las 157 mil hectáreas comprendidas entre la Y de Ciénaga y el municipio de Fundación, además dijo que de no hacerse de manera rápida, el Departamento se verá abocado a que el banano, un producto de suma importancia para los campesinos de esta región, pierda el protagonismo como producto agrícola número uno de la región conocida como Zona Bananera.
Agrega el representante que es evidente el cambio presentado en la plantaciones de banano de esta zona, “hace 50 años había en esta zona del Departamento más de 25 hectáreas de banano, mientras que hoy no quedan si no un poco más de 7 mil”, apuntó el parlamentario Serrano, dando a conocer que esto corresponde al alto costo que representa para las familias que aún viven del banano la consecución de agua a raíz de la crisis que a nivel nacional se presenta, la sequía y falta de lluvia no permite un mayor caudal del preciado líquido en los cinco ríos que recorren la zona centro del Departamento.
Dijo además el representante que, en el plan de desarrollo presentado en el Congreso de la República se dejó incluido en el plan de bases la construcción de represas en los seis ríos de esta zona, Río Frio, Aracataca, Fundación, Sevilla, Tucurinca e incluyendo el río Ariguaní en los límites del departamento del Magdalena con el Cesar.
El aumento de tierras de palma en las regiones de Sevilla hasta Fundación corresponde a tres factores fundamentales que desde hace quince años elevaron los costos de los bananeros, alto índice de Huracanes, Sigatoca y falta de agua fue el resultado de una producción bananera en crisis, ya que para el sostenimiento de esta actividad implica una mayor producción para su propio sostenimiento, de acuerdo a como lo manifestó Serrano.
“Se introdujo la palma como una salida más viable para esos pequeños y medianos productores, hasta la fecha va en crecimiento llegando a más de 45 mil hectáreas”, puntualizó Serrano.


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