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El Tayrona un barrio olvidado

 

 

 23 de Febrero al 3 de Marzo  de 2015

A la quema indiscriminada de basuras y el socavamiento del rió, se le suma que el puente que comunica a este barrio con el sector de Mamatoco, se ha vuelto un peligro para los habitantes. Los estudiantes deben pagar 200 pesos para pasar por tablas improvisadas y así poder llegar al colegio.

 

La comuna 5 en Santa Marta es una de las zonas con mayor vulnerabilidad y pobreza en Santa Marta, en ella se encuentran barrios con problemáticas que crecen cada día frente a la mirada indiferente de las autoridades, como pasa en el barrio Tayrona, un sector que según sus habitantes se encuentra olvidado por los gobernantes y la Policía.

 

El barrio Tayrona se divide en dos. La parte baja, que cuenta con un poco más de privilegios por su pavimentación y desarrollo, y la parte alta, que se encuentra sin pavimentar y es la zona más golpeada por las afectaciones económicas y sociales.

 

En todo el barrio viven más de mil familias en constante crecimiento, que hacen un llamado de alerta a las autoridades para que les tengan en cuenta.

 

MÁS DE 15 AÑOS DE AFECTACIÓN

Margarita Santrich Urbaneja, vicepresidenta de la Junta de Acción Comunal de la parte alta de Tayrona, asegura que hoy, después de más de quince años de haber sucedido la avalancha y el desbordamiento del río Manzanares, se siguen viendo los efectos de este fenómeno natural.

 

“Hoy en día hay muchas casas que tienen sus patios hundidos por aquella avalancha de 1999, además que destruyó la única cancha que tenían los niños y jóvenes para jugar, y el puente que nos comunica con el sector de Mamatoco; estamos olvidados por las autoridades”, dijo la líder comunal.

 

Al llegar al barrio, el equipo de OPINIÓN CARIBE pudo evidenciar el estado lamentable de la única cancha de fútbol, que es un terreno desolado, lleno de piedras y vidrios, que pone en peligro la vida de los niños, pero es el único lugar donde pasan las tardes de juego, ante la ausencia de parques en el sector.

 

Según la comunidad, la ausencia de actividades recreativas para los jóvenes y niños los induce a que empleen su tiempo en actividades que no traen algún beneficio.

 

Otra de las problemáticas tiene que ver con el río. El constante robo de arena por parte de los llamados “paleros”, quienes de manera ilegal extraen el mineral, deja grandes perforaciones en el cauce del río, que con la llegada del invierno generarían que el sector estuviese propenso a inundaciones.

 

“Aquí en Santa Marta sacan arena en cualquier parte y con la lluvia pueden venir las inundaciones. En ese lado donde se roban la arena se ha hecho un gran hueco, a eso hay que sumarle que las personas arrojan basuras y todo tipo de elementos que tapan los canales de desagüe y ponen en riesgo a las casas aledañas al río y de la parte alta del barrio”, sostuvo Margarita Santrich Urbaneja.

 

QUEMA DE BASURAS Y RESIDUOS MORTUORIOS

Otra de las afectaciones que viven los habitantes del barrio Tayrona, es la quema indiscriminada de basura por parte de los mismos habitantes del barrio así como de sectores contiguos, quienes acumulan las basuras y las queman en cercanías al río.

 

 Además, los residentes del barrio Tayrona aseguran que personal del Cementerio Jardines de Paz, realiza quemas de todos los residuos mortuorios, y que de allí emana un fuerte olor a químicos que atenta contra la salud de las personas.

 

“Cada vez que el cementerio hace sus quemas afecta a los niños, ahí queman flores, huesos de muertos y todo tipo de residuos que botan un olor muy fuerte. Enviamos una carta a la administración del cementerio pero ellos hacen caso omiso de esta problemática y dicen que no son ellos lo que realizan dichas quemas”, dijo la Vicepresidenta de la Junta de Acción Comunal.

 

La líder comunal, asegura que sienten un abandono por parte de la Policía, los uniformados no patrullan permanentemente en el barrio y sólo llegan cuando se presenta alguna emergencia. Aquí vienen personas de otros barrios a consumir vicio y nos ha tocado decirles que se retiren porque los niños los ven consumir. Queremos que en el barrio se hagan charlas educativas a los jóvenes para que salgan de la problemática de la droga y vuelvan a las escuelas”, dijo Claudia Bermúdez, habitante del Tayrona.

 

EL PUENTE DE LA DISCORDIA

Uno de los problemas que más preocupa a la comunidad del barrio Tayrona tiene como protagonista el puente que los comunica con el sector de Mamatoco. Según sus habitantes, ya son muchos los años con esta afectación y aún en la actualidad se ven obligados a pasar por improvisadas tablas.

 

Los niños del barrio Tayrona deben exponer sus vidas y atravesar las improvisadas tablas todos los días para poder llegar a las instituciones educativas como el Iném Simón Bolívar, Rodrigo Galván de la Bastidas, Juan Miguel de Osuna y el Simón Rodríguez.

 

“Esto es un peligro, aquí hay un señor que pone unas tablas para que la gente pase, y los niños cuando van para el colegio deben pagar doscientos pesos. Por aquí han venido muchas personas prometiendo que lo van a arreglar y siempre quedan en nada. Recientemente llegó un personal de la Alcaldía y aseguró que ya están los dineros autorizados para la construcción de un puente militar metálico, esperemos que así sea”, expresó Robinson Martínez, habitante del barrio.

 

Como si fuera poco, al mal estado del puente se le suma otra problemática, y tiene que ver con los habitantes del sector de El Bosque, que se encuentra ubicado al pasar el puente, quienes se reúsan a que éste sea reconstruido.

 

Aseguran los habitantes de El Bosque que las personas que vienen de la comuna cinco toman el puente muchas veces huyendo luego de cometer actos delictivos y que esto atenta contra la seguridad de quienes allí residen.

 

Una clara pelea de estratos, mientras unos necesitan la construcción de un adecuado puente para poder estar comunicados sin correr riesgos, otros temen que en su barrio transiten personas que puedan ser peligrosas.

 

“Esto es muy incomodo para los niños y jóvenes. La gente del Bosque no quiere que transiten por su barrio, pero es la única forma de llegar a ese sector, porque los niños pueden arriesgar su vida al pasar por el puente mayor de Mamatoco, donde hay tránsito vehicular y se exponen a un accidente”, dijo Marta Vega, madre de uno de los pequeños que les toca pasar a diario por el puente.

 

APAGUE Y VÁMONOS

Finalmente, como si se tratara de la esencia de muchos sectores en la ciudad de Santa Marta, la energía eléctrica del barrio Tayrona es considerada por sus habitantes como deficiente. Constantes apagones, quema de electrodomésticos y altos precios en las facturas, hacen parte de esta situación en la que los afectados solo les resta decir el popular dicho “apague y vámonos”…

 

“Tenemos energía social y aparte que la luz se va todo el tiempo, los recibos llegan con precios elevados de casi 150 mil pesos. Con los apagones se nos queman los electrodomésticos, por eso hacemos el llamado a Energía Social a que sea consiste de nuestra estratificación y del estado de vulnerabilidad del barrio”, indicó Margarita Sandrith Urbaneja, vicepresidenta de la JAC.

 

 

Tayrona, sin atención médica

Con el cierre de varios centros de salud, que entraron en proceso de reconstrucción por parte de la Administración Distrital, los habitantes del barrio Tayrona han quedado desamparados, por lo menos así lo asegura la líder comunal de la parte alta de este sector.

“Este barrio no tiene puesto de salud, todos los sectores aledaños somos atendidos en Mamatoco y con el cierre de ese centro asistencial, la Secretaría de Salud Distrital nos informó que las consultas externas y odontología serían atendidas en Fundimicosta, en la Avenida del Libertador, sin embargo de allá nos están devolviendo, nos están mandando para Gaira y Bonda, sectores muy retirados de nuestra comunidad”, expresó la Vicepresidenta de la JAC”.

“Queremos hacer un llamado a las autoridades de salud, que nos respeten. Yo estuve el día de la primera piedra en Mamatoco y se nos dio una información en cuanto a la atención que hoy no se está cumpliendo”, indicó la líder comunal.

 

La comunidad denuncia que personal del cementerio Jardines de Paz, realiza quemas de residuos mortuorios y emanan fuertes olores que afectan a grandes y chicos.

 

“ La Policía solo viene cuando hay una emergencia, no patrullan a ninguna hora, nos tienen en el olvido”.

Vicepresidenta  de la JAC.

 

Línea de atención: (57) (5) 4210101 

Cel: 300 815 46 18

Santa Marta, Colombia

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