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Fiebre mundialista de colección

Mayo 16 de 2014

Mientras se ratifican los listados de las selecciones, que a partir del 12 de junio disputarán el Mundial de Brasil-2014, varios coleccionistas y fanáticos del fútbol terminan de ‘jugar su torneo’ entre las láminas, álbumes y revistas que con los años cobran mayor importancia y relevancia.

 

Bien guardados entre baúles, bolsas, bibliotecas y todo tipo de muebles, varios samarios aseguran sus reliquias y abren un espacio para el nuevo álbum de Panini, que por estos días copa sus últimos esfuerzos, porque tienen el propósito de completarlo y así engrandecer una historia que se escribe cada cuatro años.

 

“Tengo cuatro mundiales. Aquí la gente llega a comprar y también dejan sus hojas con las láminas que faltan y uno se las entrega llenas”, dice Víctor José Granados, uno de los reconocidos vendedores de la quinta avenida con calle 17 que utiliza un chaleco oficial de la empresa fabricante de las cartillas.

 

Pedidos por día, con más de 35 cajas de calcomanías, José tiene el deber de entregar los álbumes llenos a cambio de una inversión, que más que lucrativa es gratificante y emocionante.

 

AMANCIO MOZO, EL ORIGEN

 

A un costado de Víctor José Granados, haciendo una especie de calle en el mismo andén, encontramos a quien se le considera el pionero de este tipo de ‘campeonato mundial’, su nombre es Amancio Mozo.

 

Aunque no están en ninguna nómina de las selecciones clasificadas, ni sudan en el campo de juego, y tampoco aspiran a levantar el trofeo de la Copa del Mundo, cada cuatro años hay cientos de personas que siguen jugando su ‘Mundial’ y Mozo es uno de los principales protagonistas en la Avenida Campo Serrano.

 

“Por cada equipo hay dos o tres que son difíciles y se pagan a diferentes precios dependiendo de lo complicado. Entre más difícil sea, mayor es su valor. Ya individual, hay unos que cuestan 400 pesos, 1500 y así. El escudo de la selección -Colombia- cuesta 10 mil pesos y en Bogotá el equipo formado cuesta 7000 pesos”, comenta Mozo. 

 

En la carrera quinta entre calles 17 y 18, en el ‘corazón de las laminitas’ como los transeúntes la denominan, se comercian todas las series de los mundiales, desde el primero que fabricó la industria italiana Panini en 1970, hasta el último que iniciará en menos de un mes.

 

Nacido en el barrio Pescaíto, Mozo inició su aventura mundialista desde la primera colección de cromos y recuerda que suma 12 justas orbitales: “inicié en la calle 12 en ‘El Oasis’ y después como en 1986 me vine para la 17 donde llegan todos”, añade el fanático y vendedor.

 

Junto a su familia, sobre todo su hijo William, no sólo vende los álbumes a los entusiastas, coleccionistas, hinchas y fanáticos del fútbol, sino que él mismo tiene, bien empaquetada, una recopilación de todos los álbumes mundialistas que será un tesoro incalculable para las futuras generaciones. “En la ciudad hay varias personas que los coleccionan todos. Yo los tengo desde 1970”, agrega con orgullo.

 

Una de esas personas que acude cada cuatro años a la carrera 5 con calle 17 es Alfredo Posada, un ciclista aficionado con raíces antioqueñas que guarda celosamente en un baúl muchas revistas, libros, álbumes e historias del fútbol y del deporte.

 

Hoy con 68 años, en el barrio El Reposo, completa lo que sería su duodécimo álbum, y lleva en una hoja el registro con los números faltantes para que Amancio Mozo se los complete.

 

“Uno se va preparando, compra el álbum y algunas láminas. Ya después uno va por los números por separado”, explica.

Con un taller donde reposan varios diplomas, condecoraciones, algunas medallas y muchas herramientas para arreglar su ‘caballito de acero’, Posada recuerda cuando aún en Medellín compraba la revista Vea Deportes desde 1970. “Costaba tres centavos”.

 

Además de los álbumes de la empresa italiana, Posada conserva intactos un sinnúmero de libros, recortes de prensa y revistas acerca de ciclismo, una de sus grandes pasiones, así como de rutinas para el ejercicio deportivo, el béisbol, fútbol y Atlético Nacional.

 

“Eso me lo inculcó mi mamá como desde los 14 años, cuando tuve la primera bicicleta. Siempre me ha gustado el deporte, he sido deportista, ciclista y softbolista. No me incliné por el fútbol”, dice al tiempo que observa una formación, categoría sénior máster de ‘pelota blanda’, campeona nacional en 1978, durante un certamen celebrado en Valledupar del cual hizo parte como bateador del Magdalena.

 

Aún no sabe quién quedará con la valiosa herencia impresa, mientras Alfredo le suma la de Brasil-2014, que está en ‘pie de lucha’. “En esta empecé tarde porque me ha aquejado un problema pero ya la estoy llenando, siempre los completo, nunca me ha faltado un número”, comenta.

 

Tanto José, como Amancio y Alfredo, creen que llegar a completar el álbum de 647 fotos que se imprime cada cuatro años, equivale a unos 250 mil pesos o un poco más.

 

AFICIONADOS AL FÚTBOL Y ESTADÍSTICAS

 

Aficionado al fútbol, que se levanta bien temprano a jugar entre martes y viernes en la cancha grande el Polideportivo, Alfonso Granados, inquieto seguidor del deporte más popular del mundo, tiene en sus pertenencia otra colección singular de álbumes.

 

Desde el Mundial de Naranjito, la recordada mascota de España-1982, Alfonso conserva la colección de selecciones participantes en el torneo orbital organizado por FIFA.

“Uno los llena como sea. Toca invertir, ir completándolo de poco, hoy se compran, mañana no, en tres días se vuelve y así, compra 3000, 5000 mil pesos en numeritos”, expone. “Uno se va a la quinta y lo llena, hay otras personas que las compran completos, ya eso depende de uno”, anota Granados.

 

Entre micrófonos, cuartillas y apuntes anecdóticos, Jaime Espejo, es otro de los samarios que se apasiona por recopilar datos históricos para informar todas las mañanas a los oyentes en su programa deportivo de radio.

 

A pesar de que no cuenta con los álbumes mundialistas, Jimmy Espejo como es conocido; es un periodista de consulta para sus propios colegas gracias a su larga biblioteca de periódicos, revistas, libros, recortes de prensa y fotos, a la que Él mismo le llama la hemeroteca.

 

“Soy un coleccionista de periódicos. Los guardo o saco la hoja que me interesa y la recorto. Hago eso por los datos anecdóticos y para complementar la información deportiva diaria”, acota.

 

Libros del Unión Magdalena, periódicos nacionales, regionales y locales, así como revistas de todo tipo de circulación, reposan en un multimueble ubicado en el cuarto de su casa en el barrio Pescaíto.

 

“Yo todavía sigo haciéndolo, compro los periódicos o hay amistades que saben como soy y me los obsequian”, apunta.

 

 

Cada cuatro años los coleccionistas y amantes del fútbol se la juegan todo por completar el álbum del Mundial, para el de Brasil-2014, el reto es llenar las 647 láminas de un juego de niños que cautiva principalmente a los adultos.

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Amancio Mozo es quizás el más famoso de los vendedores de este tipo de colección que cada cuatro años despierta una inusitada ‘fiebre’ de fútbol. 

 

 

Alfredo Posada tiene en un baúl más de 100 revistas deportivas, la colección completa de álbumes desde 1970, así como muchos datos impresos sobre el fútbol y del deporte.

 

 

Alfonso Granados es otro de los coleccionistas samarios que guarda con celos las ediciones mundialistas desde la edición España-1982.

 

 

Jaime Espejo es un periodista reconocido en su gremio por compilar apuntes de diarios, revistas y libros desde 1970.

 

 

La fábrica de Panini en Sao Paulo realizó 8 millones de sobres por día. Un 75% de los sobres de cinco figuritas se queda en Brasil, el mayor mercado global de Panini. El resto de la producción es despachada a América Latina. / Reuters

 

Para los coleccionistas el campeonato Mundial de Brasil-2014 inicia cuando se empiezan a recolectar las 647 estampas del álbum, con la única intención de completarlo lo más pronto posible. 

 

Datos claves

 

* Desde México-1970, los hermanos Panini se convirtieron en los reyes absolutos de los álbumes de figuritas gracias a las innovaciones técnicas implementadas, como la de empaquetar cuatro calcomanías  en un solo sobre, o hacerlas autoadhesivas como sucedió a partir de 1971.

 

* Los cromos de los jugadores del Mundial de Brasil-2014 se realizaron en la fábrica de la editorial italiana Panini, en el Centro empresarial de Tamboré, al Norte de Sao Paulo.

 

* A la fiebre mundialista que se incrementa a medida que se acerca el partido inaugural, el álbum del mundial le sirve a los más pequeños para aprenderse las capitales del mundo, y para saber por qué Deutschland significa Alemania en su idioma original.

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