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La naturaleza, imbatible en el Km 19

Mayo 16 de 2014

* A medida que pasan los días, el mar amenaza con mayor fuerza la estabilidad de la vía Ciénaga – Barranquilla, situación que mantiene en alerta a las autoridades departamentales que hasta ahora se muestran interesadas por contrarrestar el fenómeno erosivo, ante la inminente afectación económica que este podría causar debido a que es una las principales arterias vehiculares del país.

 

El problema de erosión costera en el Kilómetro 19 de la vía Ciénaga- Barranquilla, cada día toma más relevancia por existir el inminente riesgo de desaparecer una importante infraestructura del orden nacional. Siendo este el punto más crítico donde se desenvuelve con mayor fuerza este fenómeno, las autoridades han ejecutado varias obras para contrarrestarlo, pero en esta zona de la carretera la fuerza de la naturaleza parece ser imbatible.

 

Hace más de diez años, cuando Invemar advirtió sobre la aparición del fenómeno erosivo en la línea costera, la posibilidad de perder una de las principales vías económicas parecía imposible. En la actualidad esta situación es tangible, los conductores que diariamente transitan en la carretera se bajan deslumbrados de sus vehículos, para observar preocupadamente el paisaje marino del Kilómetro 19.

 

“Si la queremos tal cual como esta debemos mantenerla y eso es una  alta inversión que no es sólo de la Gobernación sino de todo el país,  porque es una carretera de orden nacional”, dijo el Capitán Francisco Arias Isaza, director General del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras ‘José Benito Vives De Andréis’.

 

Las autoridades departamentales sólo hasta hace unos años se interesaron por tratar de  mitigar la problemática de erosión. En el  2008, la Gobernación del Magdalena contrató estudios detallados para ejecutar obras en Costa Verde, Isla del Rosario, y el Kilómetro 19. Esta última zona sigue siendo la más crítica porque se necesitaría utilizar alta ingeniería para aminorar el fenómeno.

 

“Cuando declararon la calamidad entregamos un informe al Departamento, donde advertimos que se deberían tomar decisiones a largo plazo y no seguir haciendo espolones, ni diques. La razón es defender la carretera, podríamos hacer algo que nos cueste menos pero que sea más efectivo, como diseñar en el tramo del Km 19, una vía sobre viaducto antes que el mar se la lleve”, indicó la bióloga y oceanógrafa costera, Constanza Ricaurte, coordinadora del Grupo de Geociencia Marina del Invemar.

 

Por otro lado,  el coordinador de la Oficina de Gestión del Riesgo en el Magdalena, Luis Barraza Escamilla, indicó que el plan de contingencia que se destinó en el Km19 ha hecho un control sobre el avance del mar; sin embargo, es importante retomar la iniciativa propuesta a los ministerios de Medio Ambiente y Transporte en el año 2009, de hacer un proceso de adaptación de la vía a los procesos costeros.

 

Asimismo, la directora Territorial Caribe de Parques Nacionales, Luz Elvira Angarita, agregó que  “si no existiera esta infraestructura, la erosión no sería un problema para la actividad humana, si no que sería algo natural que tendríamos que mirar de qué manera contrarrestaríamos. Es responsabilidad de la Gobernación, hacer absolutamente todo por mantener la carretera que no es Parque Natural”.

 

UN ‘BARRIL’ SIN FONDO

 

El fenómeno erosivo que se presenta con mayor agresividad en el Kilómetro 19, además de amenazar con ‘tragarse’ la infraestructura vial que comunica a dos importantes departamentos de la Región Caribe, también se ‘come’ los recursos públicos que se han invertido en esta zona para detener la fuerza de la naturaleza.

 

“Las obras han sido de mitigación y no  destinadas a una solución de largo plazo, porque no se ha cambiado el paradigma de seguir haciendo obras. Por qué no hacer una que sea sostenible por sí misma  y no seguir gastando plata en obritas”, puntualizó el Director General del Invemar.

 

Según la información suministrada por el Invemar, la obra en el Kilómetro 19 de la vía Ciénaga- Barranquilla, no funcionó totalmente, debido a varios factores que se encuentran en estudios. “La parte de la barra que esta sobre la costa es delgada, y el oleaje incide directamente en la zona, llevándose la poca sedimentación natural que se genera”, afirma la Coordinadora del Programa de Geociencia Marina del Invemar. 

 

Hasta el momento las obras que se han ejecutado en este punto crítico han sido de mitigación, más que de solución porque cada día se acrecienta más este fenómeno natural. Mientras el Gobierno Departamental no visione un proyecto de gran envergadura, se seguirán invirtiendo recursos en un ‘barril’ sin fondo y el problema continuará agravándose.

 

“Las obras que se plantean son limitadas en recursos. En el caso del Km19 la Gobernación deberá invertir dinero en el relleno de la misma. Esto no estaba en el plan de trabajo, se esperaba que hubiera una recuperación natural con los sedimentos del mismo sistema”, sostuvo  la bióloga y oceanógrafa, Ricaurte.

 

En la zona del Kilómetro 19, existe un desbalance de sedimentación, es decir, que aunque se sigan construyendo obras, sino se rellenan continuamente, estas no van a surtir efecto. “En vez de invertir plata y plata para sostener un pedazo de la carretera,  es mejor reubicarla donde no vayamos a tener que estar manteniéndola por el resto de la historia. También es más  eficiente y  digno desde el punto de vista  social construir un nuevo pueblo”, afirma el Capitán y biólogo marino, Arias Isaza.

 

Seguidamente, el Director General del Invemar, enfatizó que “estas decisiones que son bastante sencillas de tomar no se tienen en cuenta porque prefieren hacer obras que no son sostenibles en el tiempo  y a los pocos años la gente está inundada, desplazada, o llorando pérdidas humanas”.

 

LA OBRA NO FUNCIONÓ TOTALMENTE

 

De acuerdo a la información suministrada por una fuente técnica consultada por OPINIÓN CARIBE, el diseño de la obra presentado en primera instancia por la empresa Oceanmet fue modificado en el curso de la obra porque la zona era  altamente dinámica. El concepto del proyecto original incluía transportar en barcazas por mar unas estructuras de concreto que se colocarían como barreras sumergidas frente a la zona que se defendería de la erosión costera.

 

“Esta maniobra no se pudo llevar a cabo porque el mar no lo permitió, entonces se tuvo que modificar la manera de construir la barrera y hacerlo, no desde el mar como originalmente se había planteado, sino desde la playa. Esto implicó cambios en los diseños que originalmente se conocieron”, dijo la fuente técnica consultada.

 

Esta obra de protección  ejecutada bajo la dirección del ingeniero Fabián Saumeth Pacheco, de la firma Edgardo Navarro Vives, por un tiempo cumplió con el objetivo de aminorar el embate del mar en la línea costera, pero el  desbalance y el déficit de aporte de material arenoso en la zona sucumbió. “Unas de las acciones que habría que tener en cuenta es realimentar la playa con material externo para que se estabilice y contribuya a que se dé la protección”, manifestó la fuente técnica.

 

En este mismo sentido, el Departamento defiende el funcionamiento de esta obra indicando que lo ejecutado en el Km 19 se realizó teniendo en cuenta el conocimiento y la experiencia de expertos. “Este era un proyecto definitivo pero a raíz del comportamiento de la línea costera tuvo que revisarse, ejecutándose un plan de contingencia, el cual ha logrado estabilizar el punto crítico”, aseguró el Coordinador de la Oficina de Gestión del Riesgo del Magdalena.

 

La razón de ser de la obra era atenuar el oleaje para que la ola llegara con menor  energía a la línea costera. “Si el diseño se construyó como se proyectó debía funcionar porque responde a un modelo de ingeniería, a menos de que no se contara con la información histórica”, explica el funcionario departamental.   

 

El Invemar ha solicitado la información sobre el diseño de la obra del Km 19 de la vía Ciénaga- Barranquilla, para no caer en especulaciones. “Desconocemos cual fue la obra, solo vemos el resultado y el hecho real es que sigue la erosión y se debieron hacer trabajos de mitigación  para que la carretera no se afecte”, precisó el Capitán Francisco Arias Isaza.

 

La presunta falla de la obra también se relaciona con que el contratista que la diseñó no fue el mismo que la ejecutó. La dinámica del sector fue desconocida a detalle y si esa información no estaba completa, el proyecto tenía riesgo de no funcionar. “El país tiene un problema porque no existe información histórica, ni de series de tiempo que permitan identificar la época en que son los máximos y mínimos fenómenos naturales”, recalcó el Director General del Invemar.  

 

La dinámica del mar se encuentra bajo un Sistema Metaoceanográfico, cambiante,   relacionado con aportes sedimentarios en la costa. “A veces nuestras opiniones no gustan porque no podemos decir que no hay erosión, la evidencia científica muestra eso. Las obras no funcionaron, no es que seamos críticos con las obras. Si el problema persiste es que estas  no están funcionando”, explicó la bióloga y oceanógrafa Ricaurte.

 

Asimismo, la Unidad de Parques Naturales indicó que las obras de mitigación  agrandaron el problema porque el mar está cercano a la vía en un tramo donde anteriormente estaba a 1 km de distancia. “Obviamente que la Gobernación no puede permitir que se interrumpa el paso por la carretera”. 

 

LO QUE DICE LA INTERVENTORÍA

 

El Ingeniero, Genser Calderón, de la Universidad Militar de Nueva Granada, interventor de la construcción de la obra de protección en el Kilómetro 19 de la vía Ciénaga – Barranquilla, desmintió lo supuestos cambios en el diseño del proyecto durante la ejecución del mismo.

 

“Las obras se ejecutaron de acuerdo a los diseños que se platearon  inicialmente. Cuando se recibió estaba funcionando perfectamente, por eso en cierto momento se recuperó la playa”, dijo el Ingeniero Calderón. La obra de protección, fue entregada a la Interventoría en agosto de 2011 y después de dos años comenzó a presentar fallas que se evidencian en la pérdida de playa.    

 

“La responsabilidad de mantener la obra llega hasta el momento en que la recibí. Existen unas pólizas de estabilidad que las constituye el contratista, si falla por una mala construcción o alguna situación. Lo que ocurrió en ese punto fue que la marea subió y los módulos que se colocaron no funcionaron”, subrayó el Ingeniero, Calderón.

 

Para la Interventoría, no afecta el funcionamiento de la obra en que se haya construido desde la playa y no desde el mar como se tenía previsto inicialmente. “Para mí que se construya de un lado o del otro no tiene ninguna incidencia en la estabilidad de la obra, porque simplemente se tomó una decisión por la condición del ambiente”, aseguró el interventor de la construcción.

 

VÍA O POBLACIÓN

 

La problemática erosiva se hace más evidente cuando está en riesgo una vía. Desde las autoridades departamentales se toman medidas para sostener una infraestructura vial mas no tienen en cuenta el bienestar de aquellos pobladores que también están en riesgo de perder sus viviendas a causa de este fenómeno natural. 

 

“Cuando se amenaza la carretera, es  cuando se empiezan a tomar las acciones de respuesta, hay zonas donde la erosión no afecta valores tangibles de la riqueza costera, por eso pasa desapercibida. Se está perdiendo costa y ecosistemas valiosos”,  dijo la Directora Territorial Caribe de Parques Nacionales.

 

La funcionaria del orden regional, consideró que “en este problema prevalece el tema económico y la infraestructura. Se deben tomar decisiones de prioridad, preguntarse si es más importante los grupos asentados en la costa o la infraestructura o un oleoducto”.

 

La parte ambiental también es importante que la tengan en cuenta las autoridades   porque si se pierde ecosistema también baja la producción alimentaria y la capacidad que tiene el sistema de brindar oxígeno. La Troncal del Caribe atraviesa una despensa natural, por eso Parques Naturales debe velar porque se realicen trabajos de contención que no impacten negativamente en el hábitat.

 

“No es que nuestra participación sea pasiva, es que no somos responsables de la carretera, y si no hubiera vía obviamente no se le diera la importancia, y por otro lado no se hubiesen muerto la cantidad de hectáreas de mangles cuando iniciaron este proyecto”, indicó la funcionaria Luz Elvira Angarita.

 

La Directora de Parques Naturales, considera que el problema de erosión costera presentado actualmente en la vía, es consecuencia de una mala decisión tomada en 1956, cuando se inició la construcción de una infraestructura vial que impactó grandemente en una zona de humedales, que sirven como receptores en la época de subida de niveles del río.

 

En este contexto, es la Gobernación del Magdalena quien debe asumir la responsabilidad de la preservación de la vía Ciénaga- Barranquilla que sigue afectando el equilibrio de la Ciénaga Grande de Santa Marta, porque no se le permitieron los pasos del agua dulce y salada para mantener el equilibrio ecológico.

 

“Hay que tener una solución más integral como levantar la carretera en pilotes sobre el mar o reubicar”,  la Directora Luz Elvira Angarita también dejó claro que las obras del Tajamar de Barranquilla construidas a finales de los años 30, han agudizado el problema erosivo. 

 

UNA PROFECÍA POR CUMPLIRSE

 

No se sabe a ciencia cierta en cuanto tiempo se cumplirá la profecía en la que el mar que se llevará la vía, pero de lo que sí se tiene certeza es que el Departamento deberá garantizar la movilidad vial entre Santa Marta y el norte del país.

 

“Se necesitarían más obras, con lo que tienen no se puede evitar el riesgo de perder la carretera. La obra ha tenido periodos de avance, pero la sequía coincide con la falta de aportes arenosos. Mal o bien los trabajos del Km 19 ha mantenido la carretera por tres años más”, reconoció el Director del Invemar.

 

Hasta la fecha, el Invemar ha adelantado siete estudios puntuales en la Región Caribe sobre erosión costera. Además entre el 2011 y 2013 se realizaron  monitoreos en las zonas afectadas, y para el 2014 se llevarán a cabo unos sobre dinámica litoral en el Magdalena. Todos estos estudios han indicado que la infraestructura vial es vulnerable ante la fuerza del mar.

 

“Advertimos que se deben continuar con las medidas de mitigación, porque de lo contrario el mar afectará la vía a corto plazo, acarreando perdidas económicas para el país”, insistió el Capitán Francisco Arias, director general del Invemar.

 

Para evitar que la profecía se cumpla las autoridades departamentales deberán visionar una solución integral que permita la evolución de la infraestructura vial, aprovechando el anuncio realizado por el Gobierno Nacional sobre la ‘era de las carreteras doble calzada’ en el país.

 

UN PROYECTO MILLONARIO

 

Según la percepción del Invemar, a la Nación le saldría más económico pensar en el diseño de una nueva carretera sobre un viaducto, que tratar de evitar que el mar se ‘trague’ a la actual vía entre Ciénaga- Barranquilla.  

 

“Estamos a espalda de la ingeniería del mundo, en muchos países donde hay zona pantanosa se hacen  carreteras sobre zancos.  Realmente es una solución que también beneficiaria al componente ambiental porque la costa está altamente amenazada por una fuerte  dinámica  en la zonas de playa”, señaló la bióloga Constanza Ricaurte, coordinadora del Grupo de Geociencia Marina.

 

La probabilidad de que el mar se meta en las zonas invadidas por el hombre es mucha; es decir que las poblaciones asentadas a la orilla del litoral costero como Puebloviejo, también se encuentran amenazadas con desaparecer en las profundas aguas del océano.

 

Para construir una obra de alta ingeniería, se necesitaría de una alta inversión de miles de millones con los que no cuenta el Departamento, por eso es necesario que desde el nivel central se coordinen proyectos focalizados en buscar soluciones que contrarresten el fenómeno erosivo. 

 

“Una carretera sobre pilotes encima del mar, no sólo es sostenible desde el punto de vista de la ingeniería, sino también desde el punto de vista ambiental. Es mejor porque no bloquea el flujo del agua salada con la dulce. Cuando se comience la discusión por la construcción de la doble calzada, se debe tener en cuenta esta recomendación porque con un dique vamos a continuar con el mismo problema”, detalló el Director del Invemar.

 

De acuerdo a lo anterior, la Administración Departamental también comparte la idea de construir una carretera sobre un viaducto. Esta propuesta se mantiene latente en el proyecto de la construcción de la doble calzada entre Ciénaga– Barranquilla. 

 

“Esta idea está siendo estudiada porque ofrece posibilidades para agilizar todo lo referente a trámite para doble calzada. No se puede hablar de obras definitivas porque tocaría revisar todo el conjunto de infraestructura que podrían incidir en el problema de erosión”, explicó el funcionario departamental, Barraza Escamilla.

 

También el Departamento está estudiando la idea  de adaptarse a este problema. “Una buena solución no es hacer una obra de protección, sino adoptarnos a la existencia de un problema y poder convivir con este, sobre todo que son dinámicas complejas donde intervienen muchas variables y factores”, manifestó el Coordinador de la Oficina de Gestión del Riesgo.

 

NATURALEZA VS EL HOMBRE

 

Después de invertir altos recursos en el Km 19, al Departamento no le queda otra opción que rendirse ante la fuerza de la naturaleza, dando un giro conceptual sobre el funcionamiento del sistema para que a partir de este se pueda proporcionar una visión diferente en la búsqueda de soluciones definitivas frente a la erosión costera.

 

Es tan alto el grado y la magnitud de la erosión que  las entidades costeras han recomendado retirarse  de la zona para que la naturaleza haga su curso. “Son decisiones de fondo que caen dentro de una aproximación filosófica de cómo el Estado  y la sociedad deben actuar frente al ecosistema”, planteó el Director General del Invemar. 

 

Los estudios adelantados por el Invemar en todo el litoral costero, han revelado que Colombia, es un país altamente vulnerable a los problemas de erosión. Se identificaron unas zonas donde no se puede construir nada porque naturalmente están impuestas a este fenómeno, sumándosele las consecuencias del cambio climático y las actividades del hombre como la socavación en los ríos para extraer material arenoso.

 

SIN ANTECEDENTES MARINOS  

 

Otro de los problemas que afecta el diseño de la obra de protección marina es la falta de antecedentes sobre datos históricos de fenómenos oceanográficos, que evidencien el comportamiento del mar en ciertas épocas del año.

 

“Esto es un vacío que tenemos, por eso se construir  los modelos y propuestas sobre supuestos y eso incluye una incertidumbre que puede dar o no resultados”, aceptó el Capitán Arias Isaza.  

 

Esto es consecuencia del problema cultural existente en Colombia, donde se entiende poco el problema del mar, porque continúan mirando más hacia el continente que hacia las costas. A esto se le agrega la falta de capacidad técnica que tiene el Departamento para diligenciar recursos ante el Gobierno Nacional.

 

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