top of page

Las fallas de Santa Marta  

8 al 14 de Julio  de 2015

La directora del Servicio Geológico Colombiano, Marta Calvache, manifestó que Santa Marta debe tener en cuenta todo su entorno y estudiar su suelo para estar preparados en caso de registrarse un movimiento telúrico.

 

En las salas de cines del mundo se estrenó recientemente la película Terremoto, la falla de San Andrés, un filme basado en hechos históricos que muestra como dicha falla provoca un sismo de 9 grados en California y que termina afectando a la bahía de San Francisco, hasta el punto de generar un tsunami. Muchas personas que vieron la película en Santa Marta relacionaron las escenas con lo que se ha dicho podría pasar en esta ciudad.

 

Como es de conocimiento de todos los que habitan en esta ciudad, en los últimos meses en la capital del Magdalena se han presentado varios movimientos en la tierra, que por fortuna no ha dejado ninguna afectación, sin embargo eso ha servido para que algunos cronistas e historiadores saquen a presente el terremoto que se registró en Santa Marta en 1834, el cual habría dejado la ciudad en ruinas.

 

Algunos comentan que debido a la referencia de años en las que se han registrado sismos fuertes en Santa Marta, para esta época estaríamos próximos a un evento de esta naturaleza, tal como pasó en la película donde un experto geólogo y su equipo predice el desastre, basado en datos reales como el terremoto de 7.8 grados de 1906 que destruyó gran parte de la ciudad de San Francisco en Estados Unidos, donde murieron más de tres mil personas y cerca de 250.000 personas perdieron sus hogares.

 

En aras de conocer los posibles riesgos que tiene Santa Marta frente a un evento de este tipo, OPINIÓN CARIBE consultó a Marta Calvache, directora del Servicio Geológico Colombiano, quien dio un parte de tranquilidad y aseguró que los sismos no se pueden predecir y además para el Caribe las probabilidades son menos que para el Pacifico, donde el riesgo es más latente. No obstante llamó la atención para estar preparados y Santa Marta analice su suelo, las fallas que la rodean y las construcciones existentes, que sería la gran falla en Santa Marta, ya que la gran mayoría de edificaciones son antiguas y muchas, especialmente en el Centro Histórico no cuentan con estas normas.

 

“Es lógico que cuando uno ve las películas trate de buscar alguna similitud, lo importante es que nosotros vivimos en un territorio con unas características geológicas especiales, tenemos unas montañas muy jóvenes que se han estado formando en los últimos millones de años, con lo cual quiero decir que Colombia es una país muy reciente y las fallas y los sismos son parte de eso y no nos debería coger por sorpresa ese hecho”, expresó Calvache.

 

Para la directora del Servicio Geológico lo importante es se sepan los riesgos y se tomen las medidas para poder mitigar los riesgos y las consecuencias. “Ojalá después de un sismo no nos comparemos con Haití, donde ocurre un sismo grande y mueren miles de personas y todo se cae, sino con Japón donde nadie muere por el sismo, los edificios ni se caen y las consecuencias no son tan severas”, dijo la experta.

 

LAS FALLAS Y LOS POSIBLES RIESGOS

Una de las similitudes con la película es que precisamente Santa Marta tiene muy cercas fallas geológicas, una de ellas es la falla Bucaramanga-Santa Marta, un lineamiento que se observa en los mapas desde el satélite que, más o menos va desde Santander hasta el departamento del Magdalena.

 

“Ahí podemos observar un triángulo que es la Sierra Nevada, la cual está limitado por esa falla. Los estudios que hay, indican que tiene una actividad en la que, aunque pueden ocurrir sismos, no es tan activa como otras sitios de Colombia. Los sismos y las fallas son peligrosos pero lo grave está en que nuestras edificaciones (casas, edificios, acueductos, puentes) sean vulnerables, nosotros hemos construido sin tener en cuenta ese problema, entonces, cuando sucede el sismo se cae, pero si construimos teniendo en cuenta esas características, puede ocurrir el sismo pero no sucederá nada grave”, dijo Marta Calvache.

 

Por otra parte y muy contrario a lo que manifiesta la directora del Servicio Geológico, en un artículo publicado por el periódico El Tiempo, en el pasado mes de marzo de 2014, el geólogo y máster de la Universidad de Leiden, Holanda, en geomorfología, Edgar Joaquín Carrillo Lombana, quien ha trabajado por 25 años para el Servicio Geológico de Colombia, dijo que la costa Caribe no está exenta de un tsunami. Ni menos de un terremoto.

 

“Hay registros de evidencias de que en el Caribe sí se han producido tsunamis que han dejado huellas geológicas y aunque solo miramos el Pacifico. Esto no quiere decir que en este litoral no se pueda producir un fenómeno de ese tipo”, dijo el experto.

 

“El geólogo Carrillo advierte que los complejos turísticos y residenciales que se construyen cerca del mar deben considerar la posibilidad de ser afectados por fenómenos naturales. Y agrega que hoy muchas edificaciones en la costa Caribe se levantan cumpliendo las normas de resistencia con base en el calificativo de bajo riesgo sísmico”, dice el artículo.

 

Además, sostiene que en cuanto al sistema de fallas Bucaramanga-Santa Marta “es la más importantes que tenemos en Colombia”. “La falla de Bucaramanga-Santa Marta está acumulando energía. No la libera para acomodar las fuerzas. Es una falla que, cuando se active, el daño que hará será mucho más grande, porque liberará más energía”, agrega.

 

Carrillo dijo en su momento que aunque los sismos no se pueden predecir, pero los estudios sobre la sismicidad en las rocas, que es donde queda el registros de estos movimientos, “puede llegar a niveles de zonificación sísmica (en la falla de Santa Marta) de riesgo o amenaza alta, e incluso muy alta”.

 

Otra falla que limita por el norte a la Sierra, es la falla de Oca. Según algunos escritos y el Atlas de Amenaza Sísmica de Colombia dice que está activa y tiene una longitud de 137 kilómetros, interrumpe la serranía de Perijá y separa la llanura costera de la Guajira del Valle de Guanábana y la cuenca de Maracaibo.

 

De acuerdo con los vectores de movimientos medidos GPS en Haití se ha podido establecer que estos alcanzan los 2 centímetros por año. El desplazamiento de la placa en Haití sería muy similar al que se conoce de la Falla de Oca cerca a Santa Marta y al desplazamiento en la Isla de San Andrés. Pese a esto la directora del Servicio Geológico insiste que no solo se debe pensar en las fallas sino también en los sismos que ocurran en el mar, en el Norte de Santander, en Santander o por toda la Serranía del Perijá, que podrían afectar la ciudad por las condiciones específicas de Santa Marta.

 

En cuantos un tsunami dijo que existe la mayor amenaza en el Pacifico que en el Caribe, por el hecho de que haya unas islas que forman un arco como a la altura de Venezuela, las Islas de Martinica y Santa Lucia y otras que disminuirían un evento natural en el mar. Al frente de estas islas podrían generarse un tsunami más grande. Hay personas que dicen que si podría pasar, pero las evidencias tectónicas y de características biológicas no son tan claras en el Caribe al frente de las costas colombianas como si lo son en el Pacifico”, agregó Marta Calvache.

 

TERROMOTO HISTÓRICO

En la historia Santa Marta registra dos o tres sismos importantes, pero del que más se tiene referencia es el terremoto del 22 de mayo de 1834, el cual ocurrió a las tres de la mañana y algunos cronistas dicen por lo menos afectó más de 100 casas, dejando prácticamente la ciudad en ruinas de acuerdo a la población de la época.

 

Wilfredo de Jesús Padilla Pinedo, historiador e investigador del Museo Etnográfico de la Universidad del Magdalena, dijo que el informe oficial de ese entonces que se mandó al Gobierno Central, describe la situación y dice que todas las edificaciones de Santa Marta fueron afectadas y que de manera milagrosa no existieron sino pérdidas materiales, ninguna pérdida de vida humana, aunque en otros documentos se habla de una persona fallecida pero de muchos afectados por golpes y contusiones.

 

“La ciudad se destruyó, existieron réplicas de ese movimiento generando un caos. La gente tenía temor de estar en las ruinas de sus casas, así que se desplazó a los playones donde no había edificaciones y armó cambuches por largo tiempo. Las edificaciones coloniales que fueron construidas, la mayoría, antes del terremoto desaparecieron sobreviviendo algunas como el Seminario Conciliar, conocida como claustro San Juan Nepomuceno, la Casa de la Aduana, La Catedral, la Iglesia San Francisco, mientras que las construcciones de la gente común no sobrevivieron, solo aquellas de quienes tenían para invertir en arquitectos y darle rigurosidad en las técnicas de construcción lograron ser recuperados como la casa de Don Joaquín de Mier y otras como la del San Juan de Dios”, dijo el historiador.

 

Según los datos entregados por el historiador la destrucción de las casas coloniales, es una de las razones para explicar por qué el Centro Histórico ofrece una amalgama o variedad de estilos arquitectónicos, entre una mezcla entre lo colonial y republicano, combinado con la arquitectura moderna. En este orden en 1.900 se reconstruyó la ciudad bajo nuevos parámetros de arquitectura que corresponden a unas condiciones económicas del momento con la presencia de la United Fruit Company.

 

“Esto de los estudios sísmicos es algo muy reciente, en los documentos históricos de ese momento sísmico que afectó gran parte de la costa Caribe Colombiana y parte de Venezuela se explica que el epicentro se concentró en la cercanías de la Sierra Nevada, coincidiendo con la falla Santa Marta-Bucaramanga y otros asociados con la falla de Oca que también afecta la ciudad. Realmente aunque no se pueden predecir, los datos históricos que estarían marcando años fechas, y meses, si ayudan a encontrar zonas susceptibles a sismos, si tuvo en el pasado, a futuro tendrá movimientos sísmicos generados desde las fallas e incluso de la influencia de la placa del Caribe”, sostuvo Padilla.

 

El investigador advierte que Santa Marta debería prepararse para un movimiento sísmico de la intensidad del de 1834 y agrega que la ciudad tendría serios problemas, ya que se encuentra bajo técnicas de arquitectura que no concibieron la condición sísmica.

 

“Lo preocupante es que no existen planes de contingencia ni conciencia de la gente de que puede ocurrir una tragedia de esta magnitud y por consiguiente si sucediera el caos sería terrible, los daños incalculables y las pérdidas humanas serian más, por no estar preparados que por el desastre en sí. La historia no sirve solo para satisfacer la curiosidad del pasado, sirve para entender el presente y proyectarnos hacia el futuro. Un terremoto no se puede predecir, pero si nos podemos preparar, sabiendo que estamos en una zona vulnerable por las fallas y por los vestigios históricos que lo comprueban”, indicó el historiador.

 

Línea de atención: (57) (5) 4210101 

Cel: 300 815 46 18

Santa Marta, Colombia

SÍGUENOS:

POLITICA

administrativo@opinioncaribe.com

webmaster@opinioncaribe

Pin 2A79B801

  • Facebook B&W
  • Twitter B&W
  • Flickr B&W
  • YouTube B&W

© Copyright 2013 Opinión Caribe. Todos los derechos reservados. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin autorización escrita de su titular. 

bottom of page