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San Martín: ni se compra ni se vende

 

 

29 de Abril  al  5 de Mayo  de 2015

“El plan parcial de expansión portuaria está en veremos”, así lo manifiesta la comunidad de San Martín, sector residencial proyectado por la Sociedad Portuaria con el fin de ampliar su patio de contenedores. Los líderes comunales alegan que sus residencias no están en venta y precisan que el barrio no es de alto riesgo, y que calificarlo como tal lo único que ha originado es el desprestigio del sector.

 

 Aquel que no conoce la historia está condenado a repetirla, frase de origen francés e interpretada por Napoleón Bonaparte, que se ha convertido en una reflexión acerca del presente y del futuro, en un análisis que nos obliga a recordar lo que hemos hecho, dicho y dejado de hacer, y las acciones u omisiones que han determinado nuestro presente y que determinarán nuestro futuro.

 

En el norte de Santa Marta, se encuentra ubicado el barrio San Martín, territorio popular, que debe su nombre a San Martín de Loba, soldado de Dios que veló por los pobres y a quien se conmemora en petición de caridad. Hoy, los miembros de su comunidad, dan a conocer su desacuerdo y la decisión de no vender sus predios para la ejecución del plan de expansión proyectado por la Sociedad Portuaria.

 

Reiterando las reflexiones de Napoleón en torno a la importancia de la historia de los pueblos para su futuro, existe un referente similar en la Ciudad: el desaparecido barrio El Ancón, ubicado a orillas del cerro de Punta de Betín, cuya comunidad era principalmente pesquera. El Ancón, estaba conformado por poco más de cuatro callejones, una cancha de fútbol y una tienda tradicional, y se convertiría en el territorio cedido para la realización de la primera expansión del puerto samario.

 

La historia parece repetirse, y al igual que la comunidad del antiguo barrio, los habitantes de San Martín manifestaron estar en desacuerdo con el plan de expansión portuaria, teniendo en cuenta que con ese proyecto habría intenciones de hacer uso del área donde residen hoy, en promedio, más de quinientas familias, en un aproximado de cuatrocientas viviendas.

 

Aunque en diferente época, la iniciativa es la misma, el uso del suelo para fines portuarios, situación que de forma unánime rechaza la comunidad.

 

EL PLAN DE EXPANSIÓN

A través de mesas de socialización, con la presencia de expertos en el tema y el acompañamiento distrital, se expresó que uno de los compromisos a los que le apuntan las directrices del plan de expansión portuaria es a la compensación que recibirá la Ciudad, que consiste en la inversión de treinta y ocho mil millones de pesos para la recuperación del camellón de la bahía, al igual que la construcción de cuatro torres de 16 pisos para vivienda, en pro de las familias residentes de San Martín y el sector del puerto.

 

El plan de ampliación del puerto de Santa Marta, también contempla la recuperación de 40 mil metros cuadrados de playa en la bahía, así como la construcción de un muelle mixto que permita la visita de más cruceros internacionales, entre otras compensaciones que según manifiesta Sociedad Portuaria, contribuirán al cambio infraestructural de la capital del Magdalena.

 

Pese a que estas inversiones están planificadas, no son consideradas de viabilidad para los residentes de San Martín, quienes desde el marco de las socializaciones en conjunto con la administración distrital, han mostrado el rechazo a que su suelo sea intervenido, para beneficiar a un privado.

 

RECHAZO DE LA COMUNIDAD

Enfrascada en no vender, ni desalojar sus viviendas, la comunidad en general no entiende el interés de desprestigiar el sector al considerarlo como zona de alto riesgo para uso residencial, pero no para expansión portuaria.

 

Dicen los líderes comunales que múltiples han sido las declaraciones sobre la zona por parte del gerente de la Sociedad Portuaria, Mauricio Suarez Ramírez, al manifestar que es contraproducente para la misma comunidad habitar esta área.

 

“Si yo voy a comprar una cosa que no me sirve, ¿qué tipo de negocio estoy haciendo?”, interrogante que se hacen los líderes, quienes agregan que si se trata de zona de alto riesgo, esto debe atribuírsele al alto grado de contaminación del barrio producto del carbón expulsado desde la zona de carga del muelle.

 

NO HAY RIESGO DE DESLIZAMIENTO

En el Decreto 461 de junio 28 de 1991, en el que se “declaran y definen las zonas de riesgo dentro del área del Distrito Turístico, Cultural e Histórico de Santa Marta”, la Secretaría de Planeación Distrital, explica que el barrio San Martín está rodeado por Cerros Nacionales, de morfología consistente (roca) y con la presencia de taludes a noventa grados, lo cual no presenta riesgo inminente de deslizamientos o derrumbes para los habitantes del barrio San Martín, y determina así la viabilidad de programas nacionales de interés social y la prestación de servicios públicos.

 

Con respecto al uso del suelo, el barrio San Martín, está clasificado como área residencial cuatro (AR4), que hace referencia a aquellos barrios de invasión que se han ido consolidando con el tiempo y que poseedores de una tipología de vivienda y una estructura espacial particular, con deficiencias de espacio público y equipamiento que deben ser incorporados al tejido urbano.

 

La normativa apunta a la consolidación de la actividad residencial, a un leve aumento de las densidades existentes y a la conservación de áreas libres al interior de los predios. A esta tipología de barrios corresponden Juan XXIII, Nacho Vives, San Martín, San Fernando y los cercanos a este sector.

 

INICIOS Y CRECIMIENTO DEL BARRIO

Medir en años el tiempo de existencia del barrio es remontarse a épocas de antaño dicen sus más antiguos residentes, desde 1930 dieron inicio al levantamiento de las primeras casas de pescadores que, con el paso de los años, se fueron asentando cada vez más en el área.

 

Fue en 1967, después de organizar sus calles y con un número considerado de viviendas, que se da paso a la creación de la Junta de Acción Comunal, la cual desde la fecha ha priorizado por sacar adelante el barrio, cuyo sector hoy hace parte de las proyecciones del plan de expansión portuaria.

 

El barrio San Martín, actualmente está conformado por más de cuatrocientas viviendas, cuenta con pavimentación en un 95 por ciento de sus seis calles y, posee la prestación de todos los servicios públicos, por lo cual sus moradores aseguran con certeza “a San Martín no le falta nada”.

 

La comunidad, inquieta y con algo de incomodidad, piensa en que ser reubicados para llevar a cabo un proyecto de una empresa privada, evidencia el alto grado de importancia de la zona. “Nosotros no somos ganado ni chivo para ser reubicados, merecemos respeto porque somos seres humanos y no animales, por ende no estamos interesados en vender ni en ser reubicados”, dijo uno de los moradores, quien prefirió reservar su identidad.

 

Aunque la comunidad dice no estar en contra de la expansión portuaria, sí manifiesta que ésta no solo debe proyectarse hacia el sector en el que las familias del barrio San Martín residen, agregando que el sacrificio con el que han sacado el barrio a adelante no tiene precio monetario.

 

“Tengo 65 años y si llegase a ceder mi casa, yo le pondría el precio y yo decido a donde mudarme, no que me impongan mudarme para tal barrio, por la sencilla razón de que si es tan necesario para la sociedad portuaria esta zona que paguen lo que uno pide” apuntó.

 

Con la implementación del programa cívico-militar, hace más de treinta años, realizado entre la comunidad y la administración del entonces alcalde de Santa Marta Alfonso Vives Campo, fue que se logró la pavimentación de un 95 por ciento del barrio. La alianza dio pie a que el ex alcalde contribuyera con el cemento de la obra y la comunidad con el restante, arena y mano de obra.

 

“Recibidas las cinco mulas de cemento por parte del alcalde Vives, de cada dos casas la inversión era de veinticinco mil pesos, con ese dinero recaudado se pagó el trasteo de la arena extraída desde Bonda por la misma comunidad, y el alquiler de trompos para la construcción. Entre todos se pavimentó el barrio y hoy somos lo que somos gracias a ese esfuerzo”, puntualizó el líder comunal.

 

Las intenciones de expansión portuaria resuenan desde el año anterior, y una de las razones por la cuales no es aceptada por la comunidad obedece a que no es incluyente con quienes han residido por más de cuarenta años, agregando que desconocen de la existencia de los beneficios para ese sector poblacional.

 

Una vez presentado el acto administrativo la comunidad interpondrá los debidos recursos en pro de sus derechos fundamentales tal y como los expresó Wilbrum Tovar, asesor jurídico de las familias, quien agregó que el caso se presentará a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

 

“Las comunidades humanas son prioritarias, desde el punto de vista constitucional estas representan el interés general, una población con derecho al trabajo, al desarrollo, si se habla de compensación, ésta no debe ser para la Ciudad de Santa Marta, debe ser para la comunidad que está ahí”, sintetizó el profesional del Derecho. 

 

Línea de atención: (57) (5) 4210101 

Cel: 300 815 46 18

Santa Marta, Colombia

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