top of page

PUBLICIDAD

Viviendo sobre una ‘mina de oro’

Mayo 1 de 2014

El popular barrio a orillas del Manzanares, pasó a convertirse, con el boom inmobiliario en Santa Marta en la zona más cotizada del centro. Habitado en gran parte por pescadores, quienes hoy reclaman que pese a sus escasos recursos, les cobran servicios públicos como si fueran de estrato alto, como consecuencia de las nuevas edificaciones vecinas, que les han cotizado sus tierras de la noche a la mañana.

 

Eduardo Silva, acostumbrado desde hace más 30 años a levantarse y contemplar el mar de los samarios, hoy lamenta el no poder recibir de frente la brisa veraniega de la Bahía más linda de América, porque un edificio de catorce pisos ahora tiene el privilegio de la hermosa vista y el libre tránsito hacia la playa de Los Cocos.

 

Desde hace cuatros años, en el barrio Puerto Mosquito, se hizo más evidente la visita de ingenieros, arquitectos y personal de la construcción, ajenos a su comunidad. Con el pasar de los meses vieron como toneladas de arena, varillas, cemento y ladrillos ingresaban a lo que hoy en día constituyen dos torres que conforman el edificio Bahía Linda, y que los moradores culpan por darle un giro a su tan apacible estilo de vida.

 

En Puerto Mosquito, un barrio estrato uno, ubicado en el sector de Los Cocos, el suelo se ha supervalorizado por las obras construidas alrededor de la pequeña comarca de pescadores, que sin querer han tenido que costear, con sus pocos recursos, el aumento en los servicios públicos producto del proceso urbanístico que allí se vive.

 

El barrio conformado por unas 400 familias en su mayoría humildes dedicadas a la pesca, las ventas callejeras, o a realizar oficios varios. Se autodefinen como personas trabajadoras y luchadoras, que han tenido que sortear muchos eventos, algunos incluso aseguran ser desplazados por la violencia que azotó al país durante el año a mediados de la década del 90.

 

LES COBRAN COMO RICOS

 

Hay casos en donde el aumento que se evidencia en los recibos mensuales ha llegado a casi un ciento por ciento del valor de estos. “De 20 mil pesos que pagaba de gas hoy mi recibo alcanza los 45 mil pesos”, afirmó Nelly Rivas, residente del barrio.

 

La señora Rivas asegura que el avance de construcciones en la zona, les ha dado más dolores de cabeza, puesto que ven como cada 30 días llegan los servicios aún más costosos y con el mismo consumo que desde antes que levantaran las edificaciones.

 

“Nosotros somos estrato uno, vivimos a la orilla prácticamente de un río, pero los del frente son estrato 6”, dijo Eneli Sebrianth quejándose porque su recibo de energía paso de 90 mil pesos a 350 mil.

 

Para muchos de ellos el auge de multifamiliares no les ha traído beneficio alguno, sino que por el contrario han tenido que enfrentarse con sus nuevos vecinos, porque consideran no tener el espacio de playa que antes disfrutaban y utilizaban para jugar fútbol, reparar y guardar sus canoas.

 

LO QUE MUCHOS NO SABEN

 

La mayoría de los propietarios de estas casas y terrenos en el sector de Los Cocos aún desconocen el valor actual y real de sus predios. Al consultárselo expresiones de desconocimiento delataban el hecho. Sólo unos cuantos de las 400 familias aproximadas que habitan el sector se acercaron al cálculo del valor de sus sitios de residencia.

 

OPINIÓN CARIBE consultó con la lonja de finca raíz de Santa Marta y el Magdalena…

 

Otra de las problemáticas de las que se quejan los habitantes de este barrio, es que la vecina cuenca hídrica, que bordea sus patios, se está muriendo lentamente porque en la actualidad no tiene desembocadura al no tener el caudal suficiente para que el agua circule en este sector. Por esta situación el caudal más importante de Santa Marta tiene afectado la fauna y la flora, y los pocos peces que se encontraban en el lugar han muerto, produciéndose malos olores y aumento de plagas en el barrio.

 

ABSURDO PARA UNOS,NECESARIO PARA OTROS

 

Este contraste de desarrollo y miseria compartiendo vecindad, es un fenómeno mundial, en donde las más grandes urbes, casa de millonarios, están situadas sobre terrenos anteriormente habitados por los menos favorecidos, como en megalópolis del Lejano oriente y algunas en Suramérica como Sao Paulo o Rio de Janeiro en el Brasil.

 

Con un desarrollo urbanístico desordenado, Santa Marta no es ajena a esto, ya que existen otros casos muy similares al de Puerto Mosquito, anexos a puntos de auge inmobiliario, valorizándose los terrenos por estar en un área de expansión residencial o comercial muy activa, y que en la mayoría de veces sus habitantes desconocen el potencial en donde están viviendo.

 

Hay samarios que aseguran que en la mayoría de ocasiones, la gente por el desconocimiento del valor de sus viviendas, repite situaciones como la del barrio “Ancón “actual zona donde funciona el puerto de Santa Marta, que fue vendido por sus habitantes a precio de huevo al propio Estado, y que muchos consideran el mayor ‘tumbe’ que le hicieran a los samarios por desconocer la ventaja que tenían ante cualquier otra sector de la ciudad, por estar tan cerca al mar.

 

TODO UN CAMBIO SOCIAL

 

Expertos urbanistas coinciden en que para que existan verdaderos cambios sociales y ante todo económicos dentro de las ciudades, se deben dar este tipo de circunstancias, en donde las grandes urbes se alcen por encima de los barrios más humildes de cada área, al ser estas zonas en algunos casos más despobladas de las ciudades, y en otros con el valor de metros cuadrados más económicos, hasta la construcción de estos monumentales edificaciones.

 

Lo paradójico del asunto es que muchas veces mientras no se desarrolle un sitio de la ciudad con modernas edificaciones, esos sectores padecerán de los servicios básicos como un simple alcantarillado o deficiencias en el suministro eléctrico.

 

Dentro de ese cambio social que ha venido afrontado esta zona en Santa Marta, también conocida como Los Cocos, se viene articulando a su vez, un proyecto impulsado por la Alcaldía Distrital del parque lineal río Manzanares que le dará otra cara a los alrededores del caudal y a la ciudad en general.

 

Juan Antonio Nieto, director nacional del Instituto Geográfico Agustín Codazzi aseguró que si en las zonas en donde hay viviendas, empiezan a aparecer edificios, centros comerciales, y empiezan a pasar vías por los lados, todo se valoriza, y con ello se crecen los valores de la ciudad, en el caso de Santa Marta su valor catastral ha crecido de manera muy importante.

 

“En casos como estos, no existe prioridad para ningún estrato, pero se debe analizar que estos moradores tienen sus casas con techo de zinc muy diferente al hotel resort que tienen a su lado, por lo cual entraríamos en la puntualidad de una revisión donde primero se debe observar el entorno. Lo cierto es que si se construyó un resort, pasaron una nueva vía y hay servicios públicos, lógicamente se valoriza el área y con ello el predio de una persona de pocos recursos… si allí se construyó un resort algo bueno debe haber”, aseguró el funcionario del orden nacional.

 

Los residentes del sector se quejan de que en ocasiones se les ha interrumpido el acceso a la playa que ha sido de ellos toda la vida.

 

Otro de los problemas que aquejan al sector es que por estar ubicados en una zona donde el río termina su cauce, se enfrentan con incontroladas plagas, de ahí el nombre del barrio. Asimismo, la lejanía del sector hace que se presenten a menudo focos de inseguridad y problemas de convivencia entre vecinos.

 

Los niños del barrio tienen que acudir a las diferentes instituciones educativas cercanas al sector para poder estudiar. A su vez, los menores no cuentan con una zona de recreación en donde puedan desarrollar actividades físicas o lúdicas, la calle se convierte en la única distracción para ellos.

PUBLICIDAD

Línea de atención: (57) (5) 4210101 

Cel: 300 815 46 18

Santa Marta, Colombia

SÍGUENOS:

POLITICA

administrativo@opinioncaribe.com

webmaster@opinioncaribe

Pin 2A79B801

  • Facebook B&W
  • Twitter B&W
  • Flickr B&W
  • YouTube B&W
bottom of page